domingo, 15 de junio de 2008

24 Horas de Le Mans


Ya está, ¡otro sueño cumplido!. El trabajo te regala a veces agradable sorpresas, y la que me tocó a mí esta semana es de esas que duran toda la vida. ¡He estado en las 24 Horas de Le Mans!. El jueves, 12 de junio, Marc y yo nos subimos a una Chrysler Voyager y pusimos rumbo desde St Tropez a Le Mans. Alrededor de 1.000 km que recorrimos en algo menos de 9 horas después del enésimo madrugón de la semana.

Al llegar al circuito nos encontramos con Sabrina, Karen y Steve para empezar a trabajar de inmediato. Ese día acabamos a la 1... Mi primer contacto con el circuito fue tal y como esperaba, rodeado de miles de entusiastas, los mejores coches que te puedas imaginar y el impresionante sonido de los bólidos pasando a cerca de 300 km/h por la recta de tribuna, al lado de donde teníamos nuestra "oficina" (la parte trasera de la boutique Rolex... y no, de glamour nada de nada...). Ese día pude ver los Aston Martin, Audi, Peugeot, Lamborghini, Ferrari, Porsche,... y disfrutar de su rugido, impactándome especialmente uno: el Corvette. ¡Qué manera de bramar!.

El viernes pude entrevistar a Marc Gené (Peugeot) y a Adrián Vallés (Epsilon Euskadi), dos magníficas experiencias. El sábado tocaba carrera, y lidiar con un cuarto de millón de almas en la zona pública del circuito; casi ná!. Tuvimos la ocasión de ver el inicio de las 24 Horas a apenas 20 metros de los coches, justo encima de los boxes. Pasma cómo hacen la salida lanzada... Yo me quedé a ver los primeros repostajes, que hacían justo debajo de mí, a escasos 3 metros. No es el ritmo de la F1, pero impresiona igualmente.

Y por ser mis primeras 24H, decidí quedarme en el circuito en vez de ir a dormir. Salvo un cabeceo de apenas un par de horas, aguanté como un titán viendo repostajes, cambios de piloto, accidentes, abandonos y lluvia. Todo a escasos metros...

El totem este era de cristal y tenía escritos los datos de las 75 ediciones

Con Karen y Sabrina en la salida

Super Steve, con quien ya compartí el tour de Harley en 2005

Menudo ambientazo... 15:00h del sábado, 14 de junio

De noche impresionan todavía más...

Mira qué gusto de vistas tenía de noche...

...Podía incluso escuchar lo que se decían entre sí los mecánicos

...¡Para que veas!. Una auténtica gozada

Aquí, con Steve recién despertado...

A puntito de terminar... Audi pasando a Aston Martin

El mejor sonido de todos: el Corvette C6R... buffff!

Lamborghini pasando por delante de Jad... brrrrrrriaum!

Increíble los miles de personas que inundaron el circuito "después-de"


lunes, 9 de junio de 2008

Saint-Tropez


Hoy te escribo desde Saint-Tropez. Es lunes y llevo aquí ya casi cuatro días. Dirás: "carallo, cómo vive éste"; vale, no me quejo, pero es por trabajo. Estos días estoy descubriendo muchas cosas, y entre ellas la más destacable es cuánto puedo llegar a echar de menos a mi enano. La teoría incita a pensar que esto son una especie de vacaciones, con noches más o menos largas pero con sueños del tirón. La práctica es que me falta algo. En fin... el 16 vuelvo a casa y no me muevo de allí en tres semanas.

No he hecho muchas fotos ni me voy a enrollar contándote mis anécdotas como los 280€ de taxi entre Niza y St Tropez, o que lo compartí con un pollo muy majo llamado Karol Jablonski. Pero sí te diré que comí con Pachequito el sábado en un sitio genial –el Fuchs–; se nota que el tío se maneja por aquí... Y ayer cenamos con Marc en una terraza muy maja; un perfecto final para un día muuuuuuy largo. Bueno, te dejo con un par de fotillos de esto, que es mu-bonito.

Como ves, la cosa está animadilla en el puerto... 208 barcos participan

...pero sobre todo, esto está petado de turistas

Vale... lo sé... pero no es un simple coche, ¡es un Wiesmann!

El hotel está a apenas 150 metros del puerto

Más barquitos, más actividad...

Race Village, con el puerto a un lado y las regatas al otro

Citadelle, lugar de la cena de gala la noche previa a la salida de la Giraglia

Barcos, casitas, puerto, persona humana...

"Mi-stress", nunca mejor reflejo de la imagen de Pachequito en popa...

Derecha, St Tropez; izquierda, la Citadelle