miércoles, 24 de noviembre de 2010
Me encanta visitar Neuchatel
Llámame simple, pero es que cada vez que vengo me tratan mejor...
Pero sin duda, lo mejor de Neuchatel es... ¡la hospitalidad brasileña!
martes, 2 de noviembre de 2010
Campo de juegos
Hoy se me ha ocurrido mostrarte mi campo de atracciones cuando encuentro tiempo para subirme a la bici, cosa que no ocurre con la frecuencia que quisiera, pero que aprovecho cada vez.
La guardo en casa de mis papis, en Corujo (o sea, en la playa). Desde ese centro de operaciones suelo elegir siempre el mismo recorrido, aunque con los infinitos matices que permite el entramado de caminejos, pistas y cortafuegos del monte que tengo a apenas cuatro kilómetros de allí. Suelo pedalear unos 20 km en alrededor de dos horas, que suena a poco, pero no tanto si te cuento que aproximadamente la mitad es cuesta arriba y con una inclinación más que respetable.
Lo que más me gusta de los montes de Corujo es que en apenas unos minutos cambia el paisaje radicalmente, y tanto te encuentras en medio de una pista forestal con vistas sobre Vigo o la playa de Samil, como en un bosque del que te da la sensación que saldrá un gnomo en cualquier momento (o un troll), un molino medio derruido, una mámoa, una fuente, un cortafuegos de esos en los que te caes fiojo, una cascada, un mirador a las Cíes, a Bayona... o incluso, si tienes suerte y el día te sonríe, con visibilidad de tres rías hacia el norte. Gente, poca.
Si te apuntas, organizamos y te lo enseño...
Este mapa muestra sólo la zona arqueológica del recorrido
La fuente en la que bebo tras 40 minutos y 6 km de subida
A alguien le ha dado por pintar piedras...
Más arriba no se puede subir... (este día sólo se veían dos rías)
Esta es de otro día (mejor...)
Samil, Toralla, Ría de Vigo, Cangas, Ría de Pontevedra...
Vista hacia el oeste: Islas Cíes
Vista hacia el sur: Playa América y Bayona
Bajada (sin pista) entre castaños y robles
Regalo en plena bajada: riachuelo
Otro regalo: un molino...
...y si continúas bajando, otroLa guardo en casa de mis papis, en Corujo (o sea, en la playa). Desde ese centro de operaciones suelo elegir siempre el mismo recorrido, aunque con los infinitos matices que permite el entramado de caminejos, pistas y cortafuegos del monte que tengo a apenas cuatro kilómetros de allí. Suelo pedalear unos 20 km en alrededor de dos horas, que suena a poco, pero no tanto si te cuento que aproximadamente la mitad es cuesta arriba y con una inclinación más que respetable.
Lo que más me gusta de los montes de Corujo es que en apenas unos minutos cambia el paisaje radicalmente, y tanto te encuentras en medio de una pista forestal con vistas sobre Vigo o la playa de Samil, como en un bosque del que te da la sensación que saldrá un gnomo en cualquier momento (o un troll), un molino medio derruido, una mámoa, una fuente, un cortafuegos de esos en los que te caes fiojo, una cascada, un mirador a las Cíes, a Bayona... o incluso, si tienes suerte y el día te sonríe, con visibilidad de tres rías hacia el norte. Gente, poca.
Si te apuntas, organizamos y te lo enseño...
Este mapa muestra sólo la zona arqueológica del recorrido
La fuente en la que bebo tras 40 minutos y 6 km de subida
A alguien le ha dado por pintar piedras...
Más arriba no se puede subir... (este día sólo se veían dos rías)
Esta es de otro día (mejor...)
Samil, Toralla, Ría de Vigo, Cangas, Ría de Pontevedra...
Vista hacia el oeste: Islas Cíes
Vista hacia el sur: Playa América y Bayona
Bajada (sin pista) entre castaños y robles
Regalo en plena bajada: riachuelo
Otro regalo: un molino...
Lo mismo, sin payaso (es mi rincón favorito)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)