lunes, 29 de diciembre de 2008

Cerveza suiza, cocido gallego


Cuando hablo de cerveza suiza y de cocido gallego no necesariamente me refiero a combinarlos –aunque no estaría mal–. Es una forma de resumir en cuatro palabras los dos temas de los que te voy a hablar —brevemente– en este capítulo.

La primera parte de la frase tiene que ver con mi última visita a Neuchatel –Suiza–, en la que volví a disfrutar de la hospitalidad de mis compis de trabajo y descubrí que el cuerpo humano tiene capacidad suficiente para encajar casi tres litros de cerveza casera antes de "desbeber".


No, no pienses que me refiero a mi cuerpo humano. Esto va por el bueno de Patrick "Bacchuss" Bachmann –buena gente donde la haya–, que en Neuchatel me sacó de copillas y se le ocurrió pedir en Les Brasseurs un peaso tubo de
local bière con nada menos que tres litros (3, three, trois, III) de líquido elemento; la idea era que nos la bajáramos a medias, pero yo me quedé en la primera jarra (apenas 0,33 litros). Cuando dejamos el local, "alguien" se había ventilado los otros 2,66 litros... ¡qué bestia!.

Además de esa experiencia, comí en un ruso que hay pegado a la oficina, Alex y Bruna me invitaron a cenar en su casita, pequé en la chocolatería Walder y me despedí cenando en casa de Giles y Lucy. Cada día me gusta más ir a Neuchatel.


Lo del cocido gallego se refiere a la comida anual que organizamos por fechas pre-navideñas, en las que nos reunimos unos cuantos aprovechando que suelen venir Sara y Carlos de Miami.

La cuchipandi del cocido anual... "después de"

Las niñas de cocido (¡suena a libro de Stephen King!)

Patrick con su primera, yo con mi única...

...y Marina agarrada a la jarra de los 3 litros... hip!

Comunicación cibernética con los abus, el nano y el primito

Alex, Karen, Marina y Giles rumbo al ruso (la ofi es ese edificio)

Y esta es la ofi por dentro

Alex preparando un pollo thai... más thai que pollo!

¡Ah!, y esta es la nueva decoración de mi apartamentito suizo