Javieronadas: 2013

domingo, 29 de diciembre de 2013

lunes, 2 de diciembre de 2013

Parecido razonable

Dicen que nos parecemos. No sé. Si es así, ¡soy un tipo con suerte!

domingo, 24 de noviembre de 2013

Glorioso domingo otoñal

Días como éste se cuentan con los dedos de una mano. Y poder disfrutarlos es un lujo. Hoy lo hice junto a María y Toño, que creo que han sabido valorarlo al menos como yo. Finales de noviembre...

Espectaculares vistas desde el Monte Alba

La subidita se las trae, pero sin duda, merece la pena

Mira qué caritas de satisfacción...

viernes, 25 de octubre de 2013

Mi tercera visita a Malta*, pero la primera en la que por fin he podido descubrir un poco qué hace de este mini-país uno de los destinos turísticos preferidos por los europeos. Esta vez compartí trabajo/experiencia con Marina, Alizé, Peter y el gran Kurt, que ejerció de anfitrión llevándonos a bucear a Comino. Sin palabras...

Además de trabajar, en Malta disfruté de reconstituyentes baños al anochecer aprovechando la playita del hotel, de una interesante visita a la fábrica de Playmobil (recomendación de Luis Fernández), del espectáculo de la salida de la Rolex Middle Sea Race desde Saluting Battery, y de agradables charletas con Pachequito, Tom y Stu.

Mdina, en el centro de la isla

Poupurri de momentazos…

El team comiendo en el club de waterpolo

miércoles, 16 de octubre de 2013

Brüder

Han tenido que pasar muchos años para que los astros se alinearan de manera perfecta, pero sin duda ha merecido la pena. En una operación logística sin precedentes en la que colaboraron el gran Cuquiño, nuestras respectivas familias, Ryanair, la plana de accionistas de eZono, el gobierno de Turingia y hasta el departamento de ingeniería mecánica de BMW, por fin conseguimos pasar unos días juntos los tres hermanos fuera de Vigo. Ni el lechazo de Valladolid, ni los bosques de Miraflores de la Sierra y Allentown, ni la Guinness de Dublín lograron lo que las salchichas de Jena: reunir a los tres brüder en un fin de semana que ya es mítico.

Entre las muchas cosas a destacar de esta ocasión única elijo las risas, los aciertos gastronómicos, la visita a Buchenwald, el paseo por Weimar y la paliza de kilómetros, algunos a velocidades que ya ni recordaba.

Gin & Tonic reconstituyente

Comiendo frankfurt callejero en Jena

Avituallamiento en la Feria de la Cebolla (¿?) en Weimar. Genial!

Lección en el Campo de Buchenwald. No te digo lo que significan esas palabras de la puerta que no tengo estómago...

No, no es una pizzería precisamente. Muy triste...

La imagen más dramática de todo el viaje. Esos ganchos...

Seguimos en Buchenwald. El bosque de los horrores

Una barraca tipo de lo que fue (y esperemos que no vuelva a ser)

Trío de perfiles teutones

A 250 km/h... Y lo mejor de todo: ¡absolutamente legal!

Cenita en Orleans, negociando plan de viaje de vuelta

Prueba superada... hasta Madrid: Falta Madrid-Vigo en el Jeep...

martes, 17 de septiembre de 2013

Boston, Newport

Trabajar en la New York Yacht Club Invitational Cup presented by Rolex (ya sé, un nombre un poquitín largo...) fue la excusa perfecta para que viajáramos los cuatro juntos a Estados Unidos. Durante 12 días visitamos Boston, Cape Cod y Newport, donde pasamos la mayor parte del tiempo. En general fue una experiencia magnífica, aunque me da que a ellos se les hizo largo por momentos. Nos acompañaron Bea, Javi, Lanzarote y Adriano durante varios días. Para Alejandra fue el primer viaje largo, y la verdad es que se comportó como una fenómena.

Arriba, el Harbour Court del New York Yacht Club, donde tuve la suerte de trabajar; abajo, la Universidad de Harvard. Los nanos tocan el pie de John Harvard, el mismo que soban los estudiantes para que les dé suerte; a los dos días, Pipa y Pipo empezaron el cole. A ver si funciona...

sábado, 31 de agosto de 2013

San Francisco

Aprovechando el evento de Monterey, se me ocurrió pasar por San Francisco para echar un vistazo a la America's Cup y saludar a los amigos. Lo que iba a ser una fugaz visita de apenas 24 horas se convirtió en casi una semana gorroneando la casa de un amigo. Gracias a eso, pude descubrir un poco la ciudad (que me encantó), alucinar con los increíbles AC72 y aprender mucho de uno que es bastante más listo que yo.