Ya he cumplido mi primer mes en Valencia. La verdad es que el tiempo se acelera cuando te sumerges en una rutina. La de aquí no distingue días, semanas o meses, sino que se cuenta por unidades de medida que a ti te dirán poco: Flight, Round Robin,… En fin, que la semana pasada recibí la segunda visita de mi Patricia, un cambio en la rutina que me ha sentado muy bien.
Tengo que hacer memoria para recordar las cosas que hemos hecho en los cinco días que ha pasado en Valencia. Como siempre, la casa y mi ropa también han agradecido su presencia. Una vez más, se quedó con las ganas de ir a la playa, aunque al menos pudo aprovechar la terraza para tomar el solete (¡el colchón hinchable es una magnífica herramienta para ello!).
En esta segunda visita nos centramos más en nosotros y menos en la vida social. La verdad es que yo desayuno, como y muchas veces ceno con los mismos con los que paso el día, por lo que agradezco doblemente este cambio de aires. Sólo el sábado cenamos con Perico, Paloma y Marta, después de visitar fugazmente (y dejar con pena) la base de Shosholoza (Di Meek es un sol!).
El martes no trabajé (gracias, Paquito, gran profesional y mejor persona). Aprovechamos para dormir, pasear por el centro y tomar el solete, pero acabamos en el Puerto, cerveciteando en la terraza Dragón del China Team. Luego, cena en un Tapelia y a casa temprano.Patricia se fue a las 6:15h.
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